
Noticias actuales del sector de petróleo, gas y energía al 13 de diciembre de 2025: dinámica del petróleo y gas, energía global, sanciones, exportación, energías renovables, carbón y tendencias clave del sector energético mundial. Análisis para inversores y participantes de la industria.
Mercado global de petróleo: exceso de oferta y demanda cautelosa limitan el crecimiento de precios
Los precios mundiales del petróleo se han estabilizado a finales de año en un nivel relativamente bajo: el Brent se negocia alrededor de $60 por barril, y el WTI cerca de $58. Las recientes señales sobre un posible aflojamiento de la política monetaria de la Reserva Federal de EE. UU. han dado un ligero impulso a las cotizaciones; sin embargo, en general, el petróleo ha disminuido aproximadamente un 15% desde principios de 2025, ante la amenaza de un exceso de oferta frente a un crecimiento moderado de la demanda. La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) mantienen una estrategia cautelosa de gestión de producción. En su reunión de diciembre, la alianza prorrogó las cuotas vigentes al menos hasta finales del primer trimestre de 2026. OPEP+ todavía mantiene una capacidad significativa en reserva (alrededor de 3 millones de barriles por día) para evitar un colapso de precios. Con el Brent a ~ $60, los representantes del cártel destacan la prioridad de estabilizar el mercado sobre la intención de aumentar las exportaciones de inmediato, teniendo en cuenta la posibilidad de una disminución en la demanda en el futuro.
La dinámica de los precios del petróleo se ve influenciada por varios factores clave:
- Demanda. El consumo global de petróleo está creciendo significativamente más lento que en años anteriores. Se estima que el aumento de la demanda en 2025 es de menos de 1 millón de barriles por día (en 2023 fue de aproximadamente +2.5 millones). La recesión económica y las medidas de ahorro energético tras un período de precios altos, así como el enfriamiento del crecimiento industrial en China, limitan el aumento del consumo.
- Oferta. Los países de OPEP+ aumentaron la producción en la primera mitad de 2025 a medida que se suavizaron las restricciones anteriores; sin embargo, la amenaza de sobreabastecimiento del mercado ahora frena los planes para seguir aumentando la producción. La decisión de mantener los recortes de producción a principios de 2026 indica la disposición de la coalición para prevenir un exceso: los participantes del acuerdo podrán ajustar rápidamente las exportaciones si los precios bajan.
- Geopolítica. La guerra en Ucrania y las sanciones contra grandes países productores de petróleo (Rusia, Irán, Venezuela) siguen limitando la oferta y sostenido los precios. Sin embargo, no ha ocurrido ningún nuevo estruendo significativo: por el contrario, están surgiendo señales de diálogo (por ejemplo, las propuestas de EE. UU. y Turquía sobre negociaciones), lo que reduce algo la "prima de riesgo". Como resultado, el mercado del petróleo se mantiene en un rango de precios relativamente estrecho sin saltos bruscos.
Mercado global de gas y GNL: estabilidad en Europa, aumento de la oferta
La situación en el mercado del gas a finales de 2025 es relativamente tranquila, en un contraste notable con el alboroto de hace dos años. La Unión Europea entra en invierno sin signos de escasez de gas: los depósitos subterráneos de la UE están llenos en más del 70%, lo que está muy por encima de la media para diciembre. Los precios del gas en Europa (hub TTF) se mantienen alrededor de €30 por MWh, que es mucho más bajo que los picos de 2022. Los volúmenes perdidos de gas ruso por tubería se compensan casi completamente con el récord de importaciones de gas natural licuado (GNL) de fuentes alternativas: los terminales están recibiendo activamente combustible de EE. UU., Qatar, Noruega y otros países.
La oferta global de GNL sigue creciendo gracias a la entrada en operación de nuevas capacidades. En EE. UU., se están lanzando grandes terminales de exportación (por ejemplo, Golden Pass en el Golfo de México), lo que fortalece la posición de Estados Unidos como proveedor líder. Qatar, en el marco de la expansión del North Field, planea llevar la producción de GNL a 126 millones de toneladas al año para 2027, habiendo contratado volúmenes significativos para compradores en Europa y Asia. Nuevos proyectos inician operaciones en otras regiones (Australia, África), aumentando la competencia en el mercado de gas licuado.
Al mismo tiempo, la demanda de gas crece a un ritmo moderado. En Asia, algunos importadores incluso están redirigiendo partidas en exceso compradas al mercado spot debido a un debilitamiento temporal del consumo interno. En total, la expansión de la oferta y la demanda moderada mantienen los precios mundiales del gas en niveles relativamente bajos. Sin embargo, el factor clima sigue siendo crítico: en caso de heladas anormales o interrupciones en los suministros en invierno, podrían producirse aumentos de precios a corto plazo. El escenario base prevé que se mantenga la estabilidad de los precios gracias a las cómodas reservas de combustible.
Geopolítica y sanciones: línea dura de Occidente y búsqueda de compromiso
La confrontación entre Rusia y Occidente sobre los recursos energéticos continúa, aunque hacia finales de año se vislumbran intentos de diálogo. Los países del G7 y la UE mantienen una línea dura de sanciones: se aplica un embargo sobre el petróleo ruso, se limita la exportación de productos petroleros, se ha impuesto un tope de precios y las sanciones financieras complican el comercio de recursos energéticos de Rusia. Además, se están discutiendo nuevas restricciones a principios de 2026: los aliados están dispuestos a cerrar las últimas lagunas y están listos para aumentar la presión si el conflicto armado continúa.
Al mismo tiempo, la Unión Europea está dando pasos hacia la completa independencia de los combustibles rusos. El 10 de diciembre, los embajadores de los países de la UE aprobaron un plan legislativo para renunciar a los combustibles de Rusia para finales de 2027, poniendo fin a la compra de gas natural (incluido el GNL), petróleo y productos petroleros. En Bruselas, este paso se denomina el comienzo de una nueva era, que supuestamente liberará para siempre la energía europea de la dependencia del combustible ruso. La ruptura con Rusia se consolida a nivel legislativo y estimula el desarrollo de alternativas, desde el aumento de las importaciones de GNL hasta la aceleración de la implementación de energías renovables. Moscú ha criticado la estrategia de la UE, señalando que reemplazar el barato gas ruso por un costoso gas importado aumentará los costos en Europa. Sin embargo, Bruselas muestra determinación para pagar este precio por un objetivo geopolítico; varios países (por ejemplo, Hungría) ya han prometido impugnar legalmente la prohibición del gas ruso, pero la dirección europea básica se mantiene firme.
Los EE. UU., según informes de medios, han propuesto a sus aliados un plan de regreso gradual de Rusia a la economía global tras un acuerdo pacífico, que incluye el levantamiento de sanciones y la reanudación de la exportación de recursos energéticos rusos a Europa. Sin embargo, los líderes de la UE son cautelosos respecto a tales iniciativas y excluyen la suavización de su postura sin un progreso real en el ámbito ucraniano. En este contexto, se están intensificando las señales diplomáticas para buscar un compromiso. El presidente de EE. UU., Donald Trump, declaró el 12 de diciembre que está "cerca de un acuerdo" con Moscú y Kiev para resolver el conflicto: por primera vez se oyó insinuar la posibilidad de un acuerdo de paz que podría, en perspectiva, aliviar parte de las sanciones energéticas. Turquía también ofrece su mediación: Recep Tayyip Erdoğan, en una reunión en Ashgabat, confirmó su disposición a albergar negociaciones entre Rusia y Ucrania en cualquier formato. Aunque aún no hay acuerdos concretos, tales declaraciones alimentan la esperanza de un futuro alivio en la presión de sanciones que afecta al sector.
Rusia se reorienta hacia los mercados asiáticos
Frente a la pérdida de mercados occidentales, Rusia está aumentando sus exportaciones de recursos energéticos hacia Asia. China se ha convertido en el comprador clave: ya a finales de agosto, el nuevo proyecto "Arctic LNG-2" envió su primer lote de gas licuado a la República Popular China. En otoño, las entregas de GNL ruso a China crecieron a tasas de dos dígitos: Pekín está aumentando activamente la compra de combustible con descuentos del 30 al 40%, ignorando la presión sancionadora de Occidente. La asociación energética entre Moscú y Pekín se fortalece, asegurando a Rusia un mercado alternativo y a China una fuente de materia prima barata para su economía.
India también sigue siendo uno de los mayores importadores de hidrocarburos rusos. Tras la imposición del embargo europeo sobre el petróleo, las refinerías indianas han aumentado notablemente las compras de petróleo Urals y otros tipos a precios reducidos. El liderazgo ruso ha asegurado a sus socios la disposición a proporcionar a India volúmenes estables de petróleo y productos derivados. El suministro barato desde Rusia ayuda a satisfacer la creciente demanda de la India y a mantener los precios internos del combustible, aunque Nueva Delhi intenta no permitir una dependencia crítica de un solo proveedor.
Para consolidar su "giro hacia el este", Rusia está desarrollando su infraestructura de exportación. Se discute el proyecto de un nuevo gasoducto "Fuerza de Siberia 2" a través de Mongolia hacia China, que podría aumentar considerablemente las entregas de gas a Asia. Al mismo tiempo, se está creando una flota propia de tanqueros para entregar petróleo a los mercados de India, China y el sudeste asiático, lo que reduce la dependencia de las líneas navieras occidentales y de sus aseguradoras. Estas medidas están destinadas a convertir la reorientación de los flujos energéticos hacia el Este en un proceso irreversible y a disminuir la dependencia de Rusia del mercado europeo. Al mismo tiempo, Rusia está fortaleciendo sus relaciones con socios de Oriente Medio. En la reunión de Ashgabat, el presidente ruso Vladimir Putin discutió con el presidente de Irán, Masoud Pezeshkián, la cooperación en el ámbito del gas y la energía eléctrica. Al mismo tiempo, se trabaja en proyectos estratégicos, como la central nuclear de Bushehr en Irán, así como en el desarrollo del corredor de transporte internacional "Norte-Sur". Tal cooperación refuerza la integración de Rusia en las cadenas energéticas de Oriente y el Sur, compensando en parte la ruptura de los lazos con Europa.
Kazajistán: riesgos de tránsito y nuevas rutas
El conflicto militar en Ucrania también afecta las rutas de exportación de recursos energéticos. A principios de diciembre, un ataque con drones dañó la terminal marítima del Consorcio de Oleoducto del Mar Caspio (CPC) cerca de Novorossiysk, a través de la cual Kazajistán exporta petróleo. Aunque las exportaciones de petróleo kazajo no se han detenido por completo, Astaná ha decidido acelerar la diversificación de rutas. El gobierno de Kazajistán ha declarado su intención de redirigir parte del petróleo del gigante campo de Kashagan a China y considerar aumentar las entregas a través de los puertos del Caspio, para reducir la dependencia de la ruta tradicional a través del territorio ruso.
Para fortalecer la seguridad energética, Kazajistán también planea construir una nueva refinería con participación de capital extranjero. La ampliación de las capacidades internas para la producción de productos petroleros permitirá al país reducir la importación de combustibles y aumentar la resiliencia del sector de petróleo y gas ante perturbaciones externas.
Energía renovable y clima: progreso y retrocesos temporales
La transición energética global sigue acelerándose, aunque los acuerdos climáticos internacionales están estancados. En la Conferencia de la ONU COP30 (noviembre de 2025, Belén, Brasil) no se logró adoptar un plan rigoroso para la eliminación de los combustibles fósiles: varios grandes exportadores de petróleo y gas bloquearon la iniciativa de la UE sobre plazos concretos para la finalización gradual de la producción. El acuerdo final es de carácter comprometedora, desplazando el enfoque hacia la financiación de la adaptación al cambio climático y los objetivos generales de reducción de emisiones sin plazos claros de eliminación de petróleo, gas y carbón.
A pesar de la falta de nuevos compromisos, las principales economías están aumentando las inversiones en energía "verde". 2025 se convirtió en un año récord en la entrada en operación de nuevas plantas solares y eólicas en muchos países. China, India, EE. UU., la Unión Europea y otros están invirtiendo activamente en fuentes de energía renovable, sistemas de almacenamiento y tecnologías de hidrógeno, buscando reducir la dependencia de los hidrocarburos.
En el corto plazo, también se observan retrocesos temporales del rumbo hacia la descarbonización. Los altos precios del gas natural en 2025 obligaron a varios estados a aumentar la quema de carbón para la generación de electricidad, a fin de atravesar la temporada invernal de manera segura; la demanda global de carbón sigue siendo alta. Los expertos consideran que este paso es una medida temporal. A medida que la proporción de FER crece y las tecnologías de almacenamiento de energía se perfeccionan, el consumo de carbón y otros recursos fósiles volverá a disminuir. Por lo tanto, la tendencia a largo plazo hacia la transición a una energía limpia se mantiene, aunque con ciertos retrasos en el camino.
Pronósticos: inicio del año 2026
Los analistas esperan que en el primer trimestre de 2026, los precios del petróleo estén bajo una presión moderada a la baja debido a los altos niveles de reservas y a una oferta que supera el crecimiento de la demanda. En ausencia de nuevos choques, el precio promedio del Brent podría caer en el rango de $55 a $60 por barril. Al mismo tiempo, los factores geopolíticos tienen la capacidad de cambiar drásticamente la dinámica de precios: una escalada del conflicto en Ucrania, la imposición de nuevas sanciones, así como crisis en regiones clave productoras de petróleo (Medio Oriente, América Latina) podrían provocar serias fluctuaciones de precios.
Para el mercado de gas, el factor determinante seguirá siendo el clima. Si el invierno en el hemisferio norte es suave y los suministros de combustible son suficientes, los precios europeos del gas se mantendrán en niveles bajos. Sin embargo, unas pocas semanas de frío anómalo pueden agotar rápidamente los depósitos subterráneos y provocar un aumento en los precios. Además, podría intensificarse la competencia entre Europa y Asia por el GNL, si el crecimiento económico en los países asiáticos supera las expectativas.
Los participantes del sector de combustible y energía en 2026 tendrán que adaptarse a nuevas condiciones. La diversificación de las fuentes de suministro, el aumento de la eficiencia energética y la implementación de innovaciones (incluido el desarrollo de FER y tecnologías de captura de carbono) serán la clave para la resiliencia del negocio. El año 2025 ha demostrado de manera clara la estrecha interrelación entre economía, política y ecología en la formación de los precios del petróleo, gas y electricidad. En 2026, es probable que esta interconexión se fortalezca: el mercado mundial equilibrará entre el exceso de oferta y los riesgos de escasez, y la comunidad global y los reguladores deberán combinar los objetivos de seguridad energética con las metas climáticas.